Disfrutar de buena salud es fundamental para nuestra vida, por ello muchas personas han intentado buscar tratamientos para curar aquellas enfermedades que nos lo impiden, aunque algunas veces no son tan eficaces como nos gustaría. El biomagnetismo es una de esas, y además es muy peligrosa para la salud pública.
El biomagnetismo es una práctica que consiste en colocar imanes en ciertos puntos de nuestro cuerpo para influir en el pH de nuestro organismo y acabar con microorganismos como virus, bacterias u hongos. Esta pseudociencia nace gracias a las declaraciones que el GRECC (Grupo de Investigación en Comunicación Científica) hizo hace unos años. Éste aseguraba que las enfermedades tienen una estrecha relación con las alteraciones del pH del tejido humano. Por ello, se plantea una técnica mediante la colocación de imanes en varias zonas del cuerpo humano para regular la acidez del pH y eliminar los virus causantes de las enfermedades. El partidario del magnetismo con más renombre, Isaac Goiz, localizó alrededor de 280 pares magnéticos (partes del cuerpo) donde posicionar los imanes para neutralizar los microorganismos culpables de varias enfermedades, entre ellas, el SIDA.
Por desgracia esta práctica es completamente falsa por muchas razones. En primer lugar, los imanes son incapaces de cambiar el pH del organismo y si fuera cierto, lo más probable sería que el paciente muriera ya que cambiar el índice de acidez del organismo conduce a la muerte. Por otra parte, esta pseudoterapia no tiene por qué matar a los microorganismos, ya que hay algunos que son capaces de sobrevivir en condiciones extremas de acidez, y si lo cambiaras lo suficiente para que murieran, el paciente ya estaría muerto mucho antes. Por último, al contrario de lo que reconocen sus adeptos, no podría curar todas las enfermedades, ya que hay algunas que no son producidas por microbios (enfermedades no infecciosas) como el cáncer, la hemofilia o la aterosclerosis.El biomagnetismo, no solo no tiene beneficios, sino que puede tener serias repercusiones en los pacientes que se someten a él. Aunque los imanes sean completamente inofensivos, para que esta práctica "de resultado" hay que abandonar las terapias recomendadas por profesionales como la quimioterapia (cáncer) o los antirretrovirales (SIDA). Esto es muy pernicioso para el paciente ya que no ser tratado correctamente acaba desembocando en una muerte prematura.
En conclusión, debemos siempre seguir las recomendaciones de los profesionales y no probar terapias que no estén correctamente testadas.
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