Cuando estamos enfermos, siempre recurrimos a los medicamentos para curarnos o hacernos sentir mejor. El problema es que estos medicamentos pueden afectar seriamente a nuestro organismo si no los tomamos como debemos. Por ejemplo si tomamos demasiado ibuprofeno, podemos tener daños hepáticos y estomacales. Por ello ha habido numerosos intentos de hacer estos medicamentos menos agresivos para nuestro cuerpo, uno de ellos es la homeopatía.
La homeopatía esta basada en la doctrina del médico Samuel Hahnemann que a finales del siglo XVIII declaró que lo similar cura lo similar. Por ello, según esta terapia, se debe usar la misma sustancia que causa los síntomas, pero diluida en agua hasta proporciones infinitesimales. Básicamente, la homeopatía se basa en los efectos terapéuticas de sustancias cuya toxicidad es suprimida utilizando dosis ínfimas. De hecho, según Boiron (la primera empresa de tratamientos homeopáticos de España), estas disoluciones solo son efectivas si llegamos a ese nivel infinitesimal. Sin embargo, a veces no se llega ni a detectar trazas moleculares de la sustancia que causa los síntomas en el medicamento.Entonces, ¿realmente funciona? La respuesta es no, pero aunque esta pseudoterapia parece inofensiva, la realidad es que no lo es. Se han reportado muchos casos de muertes debido al uso de esta terapia, uno muy conocido fue el caso de un niño de 7 años en Girona (España) que falleció por una afección pulmonar. Sus padres decidieron que solo usarían homeopatía en su tratamiento, lo que resultó fatal, ya que la homeopatía, si es que tiene un uso, solo se puede utilizar como placebo.
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