Hoy en día el deseo de permanecer joven y sin arrugas está muy presente en nuestra sociedad, por ello numerosas prácticas han aflorado para poder conseguirlo. Una de las más famosas es la orinoterapia, que consiste en aplicar, beber o incluso inyectar nuestra propia orina. Es muy conocida gracias a que Madonna en 2019, publicó en sus redes sociales un vídeo explicando los beneficios de esta práctica.
Sin embargo, la orinoterapia es una terapia sin base científica y los expertos coinciden en que es hasta peligrosa. Esta práctica no es una moda actual, sino que se apoya en milenios de creencias. Los aztecas, los egipcios e incluso los romanos atribuían a la orina propiedades cicatrizantes e hidratantes y pensaban que aplicar ésta sobre los ojos podía fortalecerlos. Su vigencia ha permanecido durante muchos siglos, y actualmente, hay quien le atribuye propiedades rejuvenecedoras, de pérdida de peso y hasta anticancerígenas.
Esta pseudociencia nace de una falsa interpretación de la ciencia. En el útero materno, antes de nacer, el feto bebe su propia orina junto al líquido amniótico y no padece de ninguna enfermedad. Por lo tanto esta práctica defiende que para evitarlas una vez nacido hay que volver a beber nuestra orina, como hacíamos en el útero.
No existe evidencia científica de que la orinoterapia aporte beneficios, de hecho la APEPT (Asociación para Proteger al Enfermo de las Pseudoterapias) advierte de la peligrosidad de ingerir un "producto de desecho". Beber nuestra orina puede ser muy dañino debido a que ésta no es aséptica, es decir, que aunque la persona esté sana siempre tendrá alguna bacteria por lo que siempre habrá riesgo de infección. De forma atópica sus defensores explican que la urea que la orina contiene es muy beneficiosa, pero en realidad la orina solo contiene entre un 3 y un 4%, hay cremas que contienen hasta un 50% de urea. Por lo que aparte de inefectiva, nos podría provocar una infección, especialmente si la aplicamos en un herida abierta siguiendo sus recomendaciones. Por último inyectarla, es lo más peligroso de la orinoterapia ya que la orina va directamente a la sangre por lo que aumenta exponencialmente el riesgo de sepsis, de hecho, hay una muerte documentada en 2006 debido a esta práctica.En conclusión, si necesitamos hidratar nuestra piel, tratar nuestro cáncer o curar cualquier problema de salud, debemos contactar con un especialista e ignorar las pseudoterapias.
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